Entre página y página de un periódico vecinal, allá por el año dos mil once, me encontré con la entrevista que habían concedido los hermanos José Antonio y Ana Belén Moreno aquel veinticuatro de febrero para dar a conocer su libro “Augusto Mucho Gusto”. Debo reconocer que me conmovió el motivo que les llevó a escribir juntos; deseaban mantener vivo el contacto, no debilitarlo y aunque “la distancia no olvida, lo que el corazón recuerda”, con quince mil kilómetros y el Océano Atlántico de por medio, la añoranza les rondaría. Ana Belén, Ingeniera informática, se trasladaba a Costa Rica por motivos laborares.

   Nacieron en Vitoria donde pasaron su infancia y adolescencia rodeados de juegos y muchos libros; la afición por la literatura, el correo electrónico y la distancia los llevó a escribir y más tarde a publicar su primer libro “Augusto Mucho Gusto”, que en la actualidad va por su tercera edición. La casualidad y el transcurrir de los años, me lleva a conocer a José Antonio Moreno, un Arquitecto Superior en Edificación que compagina su actividad profesional con la docencia, afincado en Málaga, tierra natal de sus padres, ha mantenido desde niño un lazo estrecho con la literatura.

En el primer encuentro  con los Autores en Mijas. Nos acompañó con sus obras literarias ese veintitrés de abril de dos mil diecisiete y en septiembre, presentamos su último libro editado bajo el sello Red Apple Ediciones: “Enciéndete para mí”. Aunque ahora continua en solitario, José Antonio Moreno no descarta seguir escribiendo con su hermana.


¡Libro recomendado para todas las edades!


Entrevista realizada al escritor: José Antonio Moreno


Isabel Gámez. ─Aunque usted se define como “aprendiz de escritor”… A lo largo de su trayectoria literaria ha alcanzado importantes reconocimientos. ¿Presentamos su bibliografía? ¿Dónde podemos adquirir sus libros?

 José Antonio Moreno. ─En 2010, tras algunas colaboraciones en revistas nacionales de corte educativo, publica el libro infantil «Augusto “Mucho Gusto”» junto a su hermana Ana Belén y se centra en la composición de relatos con temáticas muy diversas, consiguiendo que éstos formen parte de las antologías:

  • «Una copa de vino…». Mención especial al relato del mismo título en el II Concurso de Microrrelatos de la Fundación Pública Gallega Camilo José Cela (2013).
  • «7 Pecados Capitales» (Editorial DefotoLibros) con el relato «Basilius, siete pecados en uno». Ganador de la categoría Totus del I Concurso de relatos cortos Tono Escobedo: Pecados Capitales (2013).
  • «Cachitos de Amor II» (Editorial ACEN) con el relato «Ausencia» (2013).
  • «Otoño e Invierno» (Editorial Diversidad Literaria) con el relato «TIC TAC, TIC TAC…» (2014).
  • «Cachitos de Amor III» (Editorial ACEN) con el relato «Don Escobón y Doña Fregona: Pasión entre pelusas» (2014).

 A lo largo de su corta trayectoria como autor de relatos, José Antonio Moreno también ha escrito tres novelas románticas «Seducida por su pasado», Editorial Lulú (2014), «Azúcar y Canela», Romantic Ediciones (2016), sello Romantic Gold y «Enciéndete para mí», RedApple Ediciones (2017), sello RedApple Erótica y ha descubierto la poesía gracias a su participación con las asociaciones poéticas Verso Sentido de Fuengirola y Patio de Ensueño de Mijas.

Redes:

Facebook: .com/joseantoniomorenoescritor

Twitter: @jose_a_escritor

Instagram: @jose_a_escritor

Blog: https://joseantonio-moreno.blogspot.com.es/

Puntos de venta:

Libro en formato Digital: Amazon, GooglePlay, Nubico, Kobo y Otras plataformas digitales.

Libro en formato Trade (rústico con solapas): Disponible en librerías. Dejo algunas direcciones de las librerías especializadas en el género infantil y romántico de Andalucía.

LIBRERÍA HEMINGWAY  C/ Maestra Concepción Guidet, 6. 29640 Fuengirola, Málaga Teléfono: 952 58 83 58

LIBRERÍA BIZNAGA ROMÁNTICA C/ La Unión, nº 30. 29006 (MÁLAGA) libreriabiznagaromantica@gmail.com Tlf.: 649 010 703

LIBRERÍA BIBLIOPOLA C/ Ntra. Sra. de los Remedios 15 11130 Chiclana de la Frontera Tlf.: 856 665 675 – 678 594 470

LIBRERÍA DON LIBRO C/ San Joaquín, nº 1. 23006. (JAÉN),  http://www.libreriasdonlibro.com/,  Tlf.: 953294199

Si tienes una librería y estás interesad@ en poner a la venta cualquiera de los libros en su formato físico no dudes en ponerte en contacto con el autor en joseantoniomorenoescritor@gmail.com

I.G.─ Géneros tan dispares como son sus Libros infantiles. Novelas románticas. Románticas-histórica. Erótica. ¿Qué motivo le lleva a pasar de la literatura infantil a la erótica?

J.A.M.─ Permíteme contarte una historia…

Recuerdo que, siendo unos niños, mi hermana y yo siempre hacíamos el mismo ritual todos los viernes por la tarde. Cuando salíamos del colegio a las 17:30 p.m., mi madre ya nos estaba esperando con los bocadillos. Los comíamos de camino a casa. Una vez allí, mientras esperábamos a que mi padre llegara de trabajar, nos poníamos a leer. La tarde de los viernes era el momento idóneo para hacerlo pero también era el día en el que mis padres aprovechaban para hacer la compra semanal. El Economato, un pequeño almacén al que siempre había que ir con el carro de la compra, las bolsas de tela y la cesta de mimbre, se convirtió en poco tiempo en un refugio para mi hermana y para mí porque, en un rinconcito, generalmente junto a la hilera de cajas donde se pagaba con dinero contante y sonante, había una pequeña estantería giratoria con unos libros naranjas de unas 250 páginas que nosotros mirábamos con ilusión deseando que llegara final de mes.

¡Sí, sí! Final de mes…

Aquello era motivo de alegría para mi hermana y para mí. El viernes posterior al día de cobro, como todos los meses, nuestros padres siempre nos compraban un nuevo ejemplar de Los Hollister ¾ colección de 33 libros escritos por Andrew E. Svenson (1910-1975) bajo el pseudónimo de Jerry West e ilustrados por Helen S. Hamilton ¾. ¡Uff, qué tiempos! Aún recuerdo los nombres de aquellos cinco hermanos aventureros que nos acompañaron durante tanto tiempo: Pete, Pam, Ricky, Holly y la pequeña Sue. Aquellos viernes eran mágicos para nosotros. Mientras mi padre abonaba la cuenta y mi madre metía la compra en el carro, en las bolsas de tela y en la cesta de mimbre, mi hermana y yo leíamos las primeras líneas del ejemplar que nos acababan de comprar. Y a partir de aquel momento, y siempre en palabras de nuestros padres, no había niños en casa en todo el fin de semana.

Poco después, una misteriosa mujer que se identificó como vendedora de El Círculo de Lectores comenzó a acudir trimestralmente a nuestra casa. Y de tanto insistir e insistir, finalmente comenzamos a incrementar el peso que se iba acumulando en las librerías del salón. El muñeco de don BepoVania el ForzudoNo pidas sardina fuera de temporada… fueron títulos que nos acompañaron durante los duros inviernos en los que la nieve en la calle nos impedía salir a jugar. ¡Aquello sí que eran nevadas! Algunos inviernos, la nieve incluso nos llegaba por encima de la cintura. ¡Uff!

Tiempo después, cuando comenzamos a madurar y los libros infantiles ya no nos atraían tanto como al principio, ante la ausencia de medios para comprar otro tipo de literatura, mi hermana y yo decidimos aprovechar la extensa colección de libros de romántica que mi madre atesoraba en el salón. Recuerdo que el primer libro que leí de romántica fue Corazón Indómito de Johanna Lindsay y que ha sido el único libro ¾ repito: el único ¾ que he leído dos veces en mi vida. ¡Sí, sí! No sé por qué, pero tengo la costumbre ¾ o la manía ¾ de no leer nunca los libros dos veces, ni tres, ni cuatro…

Recuerdo que en 4º de primaria hice mi primera incursión real en la escritura: una pequeña obra de teatro que luego representaron algunos de mis compañeros de clase. Posteriormente, inicié una historia de un naufragio, en la que los protagonistas habitaban una isla desierta en compañía de un elefante al que bauticé con el nombre de Kumba. Y, finalmente, cuando mi hermana tenía 13 y yo 16, tras varios años enganchados a la romántica, comenzamos a esbozar lo que años más tarde fue nuestra primera novela: Seducida por su pasado.

Redactábamos en papel. Cuando considerábamos que el capítulo estaba cerrado, lo hacíamos oficial pasándolo a limpio con la máquina de escribir eléctrica que nos compraron nuestros padres al concluir un curso de mecanografía. Cuando la novela alcanzó casi las 200 páginas, el destino hizo que se quedara aparcada en un cajón. Y, durante algunos años, dejamos de escribir. Los estudios nos absorbían demasiado. Yo acababa de iniciar la carrera de Arquitectura y mi hermana, a la zaga, ya estaba pensando estudiar Ingeniería Informática.

En 2008, con las carreras terminadas, ocurrió algo que nos cambió la vida completamente. Mi hermana se marchó a trabajar a Costa Rica.

¡Costa Rica!

Hasta ese año poco o nada había escuchado sobre ese país que me “robaba” a mi hermana, a mi mano derecha, a la persona con la que había convivido estrechamente durante tantos años. Y como esa unión no podía desaparecer a pesar de los miles de kilómetros que nos separan, un día le escribí en un escueto mensaje por e-mail que decía: “Ana Belén, tenemos que buscar un proyecto que nos obligue a mantener el contacto diario. ¿Qué te parece si escribimos un libro juntos?”. Al día siguiente, me llegaron las primeras líneas del libro Augusto “Mucho Gusto” acompañadas de un mensaje mucho más escueto que el anterior: “Continúa tú”.

Y así, poco a poco, día tras día, mes a mes, surgió lo que en 2010 terminó siendo nuestra primera publicación: nuestro querido Augusto “Mucho Gusto”, un libro infantil que actualmente ha conseguido llegar a la tercera edición.

En 2012, tratando de encontrar un nuevo proyecto antes de que comenzara a disiparse la ilusión del primer libro, recordé que Seducida por su pasado estaba guardada en un cajón. Finalmente, conseguimos que saliera a la venta el 1 de agosto de 2014, tras más de dos años de duro e intensa labor de coordinación a través del correo electrónico.

Escribir nos ha ayudado a mantener encendida la llama de la ilusión, de la pasión, de los recuerdos de la niñez. Personalmente, a mi me ha permitido sobrellevar esa angustia que, como es normal, sientes cuando tienes a un ser querido lejos y no lo puedes ver, tocar y besar como cuando está cerca de ti. Ahora que han pasado unos años de aquello y que ya no escribimos juntos porque mi hermana tiene cada vez más cargas laborales y familiares ¾os doy una primicia: fui tío el 30 de diciembre de 2016¾, siento que estoy tan habituado a escribir y a dejar fluir mi imaginación, que no podría dejar de hacerlo por mucho que quisiera. Sentarme frente a la pantalla del ordenador me relaja, me divierte, algunas veces incluso me crispa cuando mis musas no se desperezan… Aun así, no podría dejar de hacerlo aunque escribir no me guste. El verbo correcto que hay que utilizar para definir lo que significa para mí sentarme ante el ordenador y dejar que mis dedos bailen sobre el teclado responde a la primera persona del singular del presente de indicativo del verbo apasionar. ¿Qué pensabais?

¡Sí, sí! Gustar y apasionar son dos verbos muy similares pero el segundo esconde ciertos matices que el primero no alcanza. Así que puedo concluir que me apasiona escribir y que, si no hay nada que me lo impida, seguiré haciéndolo.

Después de Seducida por su pasado, llegó Azúcar y Canela, mi primera obra en solitario y más tarde, con cuatro meses de diferencia, Enciéndete para mí, la novela erótica a la que debía llegar para responder la pregunta. Y dirás… ¿Erótica? Pues sí. Un día me dijeron: «¿A que no te atreves a escribir una novela erótica?». Y, ya ves… A mí van a venirme con retos.

 I.G.─ No es frecuente encontrar novelas románticas escritas por hombres, ni lectores masculinos leyendo las escritas por mujeres. ¿Cómo es el público que le lee?

J.A.M. Exigente. Y me gusta que lo sea, porque ello me obliga a esforzarme cada día un poquito más. Destacar que a pesar de que mayoritariamente el público que sigue mis historias es el femenino, cada vez hay mayor cantidad de hombres que se decantan por la literatura romántica aunque no lo digan. Es por ello por lo que suelo otorgar un protagonismo especial a la mayoría de los personajes masculinos de mis novelas.

 I.G.─ En su corta pero intensa carrera, has pasado por diferentes géneros y también editoriales ¿Con qué te quedas de cada una de esas etapas?

J.A.M. Cada etapa la he vivido intensamente, como si no hubiera un mañana. No voy a negar que algunas veces me haya venido abajo, sobre todo en aquellos momentos en los que alguna editorial me ha dado una negativa por no ser un autor reconocido. Como siempre, esa es la pescadilla que se muerde la cola. Afortunadamente, en los últimos tiempos, esa situación ha cambiado gracias a Romantic Ediciones (Azúcar y Canela, publicada el 29 de septiembre de 2016) y a RedApple (Enciéndete para mí, publicada en febrero de 2017).

De todas y cada una de las etapas, me quedo con la pasión que he depositado en cada proyecto y con la felicidad que me ha proporcionado saber que muchas personas han podido ¾y van a poder¾ disfrutar con las historias que con tanto esfuerzo construyo ante el ordenador.

Escribir un cuento (Augusto “Mucho Gusto”) me permitió conectar con mi hermana y acercarme, precisamente, al público infantil con el que tanto he trabajado a lo largo de todos estos años. Considero que a nuestra sociedad aún le queda mucho por hacer con los niños y niñas. Así que… ¡Qué mejor que un niño como Augusto Guzmán, el protagonista de la historia, para inculcar a sus lectores ciertos valores ¾respeto a la familia, a los amigos, a los ancianos…, tolerancia, igualdad, solidaridad, responsabilidad, etc.¾ y hacerles comprender que los libros son una poderosísima herramienta que permite desarrollar la mente y mejorar el vocabulario y la expresión!

Seducida por su pasado supuso un cambio radical en mi forma de escribir y trabajar con las editoriales. Por primera vez en mi vida me enfrenté a esa temida frase que comenté anteriormente en la que las editoriales reconocían que la obra era buena pero no podían invertir en ella por no ser un autor reconocido. Tuve que llamar a muchas puertas, lo reconozco. ¡A demasiadas! Y en casi todas, la respuesta era la misma. Sin embargo, no decaí. Siempre he sido una persona muy constante y no dejé de intentarlo. Al cabo de un año y medio, cuando los personajes de la novela nos exigieron que su historia fuera publicada, nos decantamos por Lulú, una plataforma de promoción de nuevos autores con la que conseguimos que la novela se difundiera a nivel internacional.

Suelo tener una manía: no me gusta concluir un proyecto sin tener otro en marcha. Así que, mientras se iban cubriendo los trámites para la publicación de Seducida por su pasado, inicié Azúcar y Canela. Recuerdo que fue en septiembre de 2012. Me encontraba en el norte, pasando unos días de vacaciones. El destino quiso que una tarde se pusiera a llover impidiéndome salir a la calle. No sé si estar frente a la ventana viendo cómo la lluvia golpeaba el cristal me inspiró. Al finalizar la tarde, ya había esbozado lo que sería mi nueva novela. Desafortunadamente, mi hermana ya me había comunicado que ella no podría continuar con el ritmo de trabajo que habíamos mantenido hasta la fecha, así que me lancé yo a la aventura. Durante más de dos años, tecleé, corregí, releí cientos y cientos de veces hasta que di por concluida una historia diferente a todo lo que había escrito hasta la fecha. Poco después, Romantic Ediciones aceptó publicarla en su sello Romantic Gold.

En Romantic Ediciones he encontrado el apoyo, la comprensión y las ganas por hacer las cosas bien que no he visto en otras editoriales. Por eso y por muchas cosas más, siempre les estaré eternamente agradecido al igual que a Red Apple Ediciones, la editorial que apostó por la novela Enciéndete para mí y que en febrero (D.M.) publicará mi nueva novela, Camino hacia la fresca charca, de la que por temas de contrato no puedo contar nada más.

I.G.─ ¿Con cuál de sus obras se ha sentido más cómodo escribiéndola? ¿La más complicada? ¿Por qué?

J.A.M. Cuando elijo hacer un proyecto, creo en él hasta el final y le dedico todo el tiempo del que dispongo. Quizás esa sea la mayor de las complicaciones con las que me enfrento. La falta de tiempo y el exceso de ideas que inunda mi cabeza.

En los últimos tiempos, sí que he notado que cuando llego al capítulo siete, mi mente sufre durante unos días un bloqueo “raro”. La historia se ralentiza durante unos días; me siento que soy incapaz de dar el salto en ese capítulo; valoro incluso la posibilidad de no continuar con la historia; leo; releo; vuelvo a leer los seis capítulos anteriores; cambio; vuelvo a cambiar; destrozo partes de la historia, más bien las fusilo o las reescribo totalmente. Después de varios días, vuelvo a fluir. Las ideas llegan solas otra vez y mis dedos son incapaces de bailar sobre el teclado a la misma velocidad que las ideas en la cabeza. La novela más complicada es la que estoy escribiendo en este momento. Hace días que llegué al temido capítulo 7 y estoy que no vivo. En este momento me siento como si el grifo de las ideas se hubiera cerrado. Espero que pronto se abra y las ideas vuelvan a fluir…

I.G.─A veces, se desarrolla la trama y se continúa con la personalidad de los personajes…

J.A.M.─ Yo lo hago al contrario, precisamente. Necesito tener muy definida la personalidad de mis personajes. De hecho, ellos son los que me van orientando y me van diciendo las tramas por las que quieren pasar.

I.G.─ ¿Cuál es su fuente de inspiración, su lugar preferido para escribir, la hora más propicia?

J.A.M.─ Soy una persona que piensa mucho las cosas, en silencio, con tranquilidad, valorando los pros y los contras. Considero que ese estado de introspección al que tiendo en momentos clave de mi vida es la llamada de atención que mi mente envía a mis musas para que se desperecen y comiencen a imaginar nuevas historias que regalar al gran público.

Antes de escribir paso unos días barruntando la historia en la cabeza, tomando algunas notas sueltas, pensando algunas tramas… Cuando el batiburrillo de información comienza a impedirme dormir (no sé por qué pero por las noches se me ocurren las mejores escenas), es cuando abro un nuevo documento de Word y empiezo a teclear. No tengo una hora concreta para escribir aunque sí que me obligo a hacerlo todos los días. Por eso, una de las primeras cosas que hago por la mañana es encender el ordenador (lo tengo en la habitación), abrir el archivo del día anterior, hacer un guardar como del mismo e intentar poner aunque sea un par de palabras nuevas. A veces, llega la tarde y no he hecho más que eso. Pero os aseguro que mi mente no habrá dejado de trabajar. Escribo siempre en mi habitación (no tengo despacho), sobre un pequeño escritorio que tengo junto a la cama. Siempre lo hago con la persiana levantada para que entre la claridad del día. Las noches son para dormir, salvo cuando los personajes y las musas se ponen de juerga y me obligan a encender el ordenador para no perder las ideas.

I.G.─ ¿Cuándo coloca el título?

J.A.M. Siempre al principio. Saber cómo se va a titular la novela me ayuda a componer la historia.

I.G.─ ¿Tiene alguna musa que te permita lograr la inspiración?

J.A.M. Esta pregunta es muy difícil de contestar ya que a lo largo de mi vida ha habido muchas musas: rubias, morenas, pelirrojas, con ojos claros, oscuros, altas, delgadas… y siempre, repito: siempre, muy femeninas.

I.G.─ ¿Cómo te sientes cuando escribes?

J.A.M. Relajado, tranquilo, estimulado… Escribir me permite alejarme de todos los problemas que, irremediablemente, nos acompañan a todos en nuestro día a día. Muchas veces pienso que al escribir descargo esa maleta pesada que todos llevamos en la espalda y a la que vamos echando todo aquello que nos angustia o causa pesar y se lo voy cediendo poco a poco a mis personajes.

I.G.─ ¿Ha llegado a pensar, aunque haya sido tan sólo por un instante, dejar de escribir?

J.A.M. Sí, pero a los cinco segundos doy carpetazo a ese pensamiento.

I.G.─ Usted nos habló de sus “lectores cero “; su madre y su hermana, ellas son las que opinan antes de que su obra se publique. ¿Qué les pide y qué cualidad destacaría de cada una de ellas?

J.A.M. Ante todo, les pido que sean exigentes y que critiquen todo aquello que no les guste de la novela. Esa es la única forma de mejorar. Ambas, mi madre y mi hermana, son tal para cual. Han leído mucho a lo largo de los años y son muy románticas. Yo suelo decirles que les corre por las venas. Son muy ingeniosas y siempre proponen tramas nuevas y saben criticar con cordura, buscando siempre la palabra correcta o la trama que mejor encaje en aquellas partes de la novela que, a priori, puedan flojear un poquito.

I.G. ¿Cómo vivió su hermana la presentación del libro “Augusto Mucho Gusto”?

J.A.M. Fue un momento en el que se mezclaron la alegría y la tristeza. Alegría por lo que habíamos conseguido (ganar el concurso que nos iba a permitir publicar nuestro primer libro, "Augusto Mucho Gusto"). Y tristeza, por no poder asistir a la presentación.

I.G.─ ¿Para cuándo otra aventura literaria juntos?

J.A.M. Esa es la pregunta que me hacen siempre y que nunca puedo contestar ya que nuestras vidas se han «complicado para bien» con la llegada de nuevos miembros a la familia que necesitan mucho tiempo y atención y que nos han obligado a dejar algunos proyectos sin terminar. Cuando l@s niñ@s crezcan y sean mucho más autónom@s, retomaremos otra vez nuestra aventura literaria. Entretanto, yo seguiré al pie del cañón luchando para que no nos olviden a ninguno de los dos.

I.G.─ Hablemos ahora del Autor… ¿Quién es José Antonio Moreno?

J.A.M. Uff… ¡Qué pregunta más complicada! Como diría uno de los personajes de la novela Camino hacia la fresca charca que se publicará (D.M.) en febrero: «¡Madreeeeee!».

Uhm, vamos a ver… Soy una persona muy normalita, de esas que te puedes encontrar en la panadería, en el supermercado o tomando un refresco en una cafetería, que se enfrenta a los problemas cotidianos como todo el mundo, imagino. Soy una persona muy constante, de las que piensa que todo en la vida se puede conseguir con esfuerzo y tesón. De hecho, la frase que me acompaña siempre es: «la constancia todo lo abarca». También soy muy entusiasta, serio cuando la situación lo requiere, muy observador, cariñoso, fiel, amigo de sus amig@s, a veces miedoso aunque nunca digo que no a los retos y… ¡Yo qué sé! Lo mejor para que me conozcáis es que quedemos un día para charlar tomando algo tranquilamente. En las distancias cortas es como se conoce realmente a una persona.

I.G.─ ¿Cómo vivió la primera edición del Día del Libro el pasado 23 de abril? 

J.A.M. Decir que me lo pasé genial es poco. Este tipo de eventos deberían promoverse concienzudamente desde todas las administraciones ya que la cultura es un complejo entramado; es como una función matemática que engloba arte, moral, costumbres, saber, habilidad… y un larguísimo etcétera que tiende a infinito e indetermina el valor de su límite. Por ello, dado que desde las administraciones son aún un poco reacios a potenciar y a difundir la cultura, considero que vuestra labor es encomiable y de agradecer. Cada vez que hablo con alguien de aquel día siempre digo que ¡FUE UNA EXPERIENCIA FANTÁSTICA! Sí, sí. Lo fue. Aunque ya lo hice personalmente en su momento, desde estas líneas quiero reiterar mi agradecimiento a todos por haber trabajado con tanta dedicación para que aquel 23 de abril todo saliera sobre ruedas. Ah, por cierto. Amenazo con volver.

 I.G.─ ¿Quiere añadir algo a modo de despedida?

J.A.M. Hace tiempo leí una cita que siempre utilizo cuando tengo que incentivar a mis alumnos/as para que lean. Dice así:

Lee poco y serás como muchos…

 Lee mucho y serás como pocos.

 

No podemos olvidar que la lectura nos abre la mente hacia otros puntos de vista, hacia mundos que sólo pueden ser vistos a través de los ojos de un explorador, de un extranjero, de un historiador…; mundos para los que el odio, el amor, la pasión, los misterios y los sueños actúan como hilo conductor de las historias de determinados personajes con las que podemos sentirnos identificados; mundos, imaginados, o no, con los que pasaremos horas maravillosas siempre y cuando tomemos el libro y lo abramos con la clara intención de iniciarlo en la primera página y no abandonarlo hasta el final.

“Leer es como besar…

               A quien no lo hace con frecuencia, se le nota en la lengua”.

(F. Croisset)

I.G.─ ¡Muchas gracias por haber aceptado esta entrevista José Antonio y el deseo de que sigas cosechando grandes logros literarios; en solitario o junto a tu hermana!

J.A.M. Gracias a vosotros por el apoyo que me brindáis siempre y, sobre todo, a todo lo que tenga que ver con la cultura.

MIL GRACIAS A TOD@S POR VUESTRO APOYO Y POR SEGUIRME.